Mucho pero nada para hacer

No tuve vacaciones. No pude darme días enteros a dormir y hacer lo que me viniera en gana. Me la pasé de reunión en reunión las primeras dos semanas del 2011. Ya no trabajo en una empresa pero aún así tuve (tengo y tendré) trabajo (en la ONG que mencioné alguna vez). Planear, planear, planear y andar en colectivo fue lo que hice. En esos instantes de continuo trabajo mi mente se bloquea, busca como muchas mentes darle salida así sea un solo día a esa pesadez… ahí es cuando la procrastinación aparece como una rata vestida de seda.

Mi mente es (como se habrá notado previamente) muy débil, lo que implica que al ínfimo contacto con un tópico en superior escala, termina sometiendose. Hace casi una semana cambié por completo. Mi puntualidad se esfumó, mi motivación para hacer las cosas se volvió puro vapor y mi calendario comenzó a desplazarse por alguna extraña razón. Estoy consciente de que debo hacer pero no tengo las meras ganas para empezar a hacerlo. Me pasa todo por debajo y las entretenciones son lo que me mantienen alejado de eso que debo hacer. De hecho escribo esto por mero descaro procrastinador...

Sí, estoy procrastinando. Lo sé. Pero como paro... esa es mi epopeya hoy.

Debe ser porque no tuve vacaciones !

Necesitaré terapia !

Por : Paper
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