Siempre he pensado que la vida son esos pequeños detalles, esos pequeños
momentos que vivimos y nos hacen pasar un poco esta algo amarga existencia.
Todo pasa, recuerdos se olvidan, momentos llegan, difíciles, poco entrañables.
La existencia es algo muy profundo y cualquier evento que desencadene al menos
un ápice de felicidad debe ser muy bienvenido. Las cosas no pasan, o mejor,
cada instante no pasa porque sí; hay una muy gran parte acompañada de un
albedrío fugaz, un albedrío que deja que las personas decidan sobre que caminos
desean tomar; y es que digamos que cada 5 pasos hay una nueva bifurcación, una
nueva decisión, los caminos son infinitos, las personas que uno conoce aparecen
y se van, algunas veces te marcan tan profundo y en un solo instante. Otras
solo queda vestigio de su paso...
Las personas no están solas aunque nos salgan Harry Hallers no siempre se mantendrán
tan solitarias. La soledad está hecha en contramedida a la compañía y las dos
se complementan, las dos son necesarias, las dos hay que vivirlas porque cuando
se está en una o en otra se aprenden cosas que no se esperan. La soledad da
paz, da tiempo para sí mismo, para pensar y darse cuenta de todo lo que nos
rodea... la compañía esta para disfrutar de los demás, para aprender de los
otros, para pasar momentos gratos y sin miramientos del qué dirán o que
compromisos se tenga....
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